Las mejores vistas del Parque Nacional de Ordesa
(Aragón)
España
30/01/2024
Las mejores vistas del Parque Nacional de Ordesa se encuentran en una de las rutas más hermosas de Europa que también incluyen el Monte Perdido. Aunque en todos estos senderos hay miradores reconocidos, cada paso es una belleza en sí mismo. Mires hacia al frente, atrás o encima de tu cabeza y por entre el follaje de los árboles es un placer para todos los sentidos.
Podrás contemplar la flora, la fauna, sentir el viento y el aroma del ambiente sin contaminación. Tanto es así que, en 1997, esta región fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Si decide recorrer esta ruta caminando, debes comenzar en la localidad de Torla y ascender por las laderas de la Sierra de las Cutas. Eso sí: recuerda que es un recorrido es de aproximadamente 20 kilómetros con desniveles que alcanzan unos mil metros y que conseguirás entre el punto de partida y el mirador final.
Por este motivo, debes cumplir con los siguientes requisitos: estar en forma para terminar la ruta, llevar calzado y ropa cómoda y acorde a la época del año, no salirte de los senderos señalizados, llevar agua o bocadillos y, por favor, no alteres nada en la naturaleza. Por eso, no dejes basura, no arranques arbustos y no alimentes a los animales que puedas ver en tu recorrido.
Las mejores vistas del Parque Nacional de Ordesa
Cuando hablamos de las mejores vistas del Parque Nacional de Ordesa no solo traemos a colación montañas, ruta y senderos, sino también un lugar que es el hábitat de muchos animales. Entre estos destacan variedad de mamíferos como el tejón, la nutria, el zorro común, el corzo, el jabalí, los topos, las musarañas alpinas y los erizos.
También es el hogar de aves que harán flipar a los amantes del turismo ornitológico. El quebrantahuesos, el águila real, la alondra, el halcón común y el búho real surcan sus cielos. Estas son las mejores vistas del Parque Nacional de Ordesa:
1.- Las praderas
Aunque no se trata de un mirador como tan brinda panorámicas increíbles de este parque. Se trata de 17,5 kilómetros en un recorrido circular que empieza en los alrededores de Torla, Huesca. Para completar la ruta debes caminar una media de 5 horas y 20 minutos. Se considera una excursión exigente y si no eres muy atlético debes tomar esto en cuenta. Es probable que te encuentres con otras personas mientras esté allí, ya que la zona es un lugar popular para el senderismo y la observación de aves. De junio a octubre es la época ideal para recorrer esta ruta.
Es una caminata muy popular en el Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido. Lleva hasta el impresionante Circo de Soaso, desde donde se puede contemplar el valle de Ordesa de arriba abajo y sus elementos más destacados, como acantilados, fajas, cascadas y vegetación. El sendero es ancho y está perfectamente señalizado. Verás muchas de las mejores vistas del Parque Nacional de Ordesa en este sitio.
2.- Mirador de Punta Acuta
Este mirador, desde el cual se divisa el valle del Vió, es el siguiente destino de nuetsro itinerario. La Peña Montañesa, el Moncayo, la Sierra de Guara, la cascada de Cotatuero en Ordesa, la comarca de Marboré, las paredes de Fraucata, el Casco, el Gallinero y Mondarruego son las cinco sierras prepirenaicas plenamente visibles desde este lugar.
En él podrás recibir el aroma de la naturaleza y ver las aves volar por encima de las cimas hasta posarse en los altos árboles. No dudes tomar muchas fotos para tus amigos.
3.- Mirador de Ziarrazils
Esta es una de las perspectivas más llamativa sde todo el paraje natural. Desde este mirador se divisa todo el Cañón de Ordesa, las Gradas de Soaso, la conocida Cola de Caballo y el Circo de Soaso, entre otras de rutas más populares de la zona.
Como telón de fondo y sacado de una película, podemos considerar el el Refugio de Goriz, el Monte Perdido y el Macizo de las Tres Sorores. Con suerte te toparás con las cabras pirenaícas que son los sarrios que habitan esta región. Es sin duda, una de las mejores vistas del Parque Nacional de Ordesa.
4.- Mirador de Punta Acuta
Este es otro mirador desde el cual ver imágenes que parecen pintadas ante nuestros ojos. Desde él se divisa el valle del serpenteante Vió, la Sierra de Guara, la Peña Montañesa, el Moncayo, el Casco, la cascada de Cotatuero, la comarca de Marboré y las paredes der oca de los acantilados el Gallinero, de Fraucata y Mondarruego.
5.- Las Gargantas de Escuaín
No son un mirador propiamente dicho, pero te darán las mejores vistas del Parque Nacional de Ordesa y Monteperdido. Uno de los valles menos conocidos, pero no por ello menos maravillosos. Las encantadoras localidades pirenaicas de Tella, Escuaín y Revilla dan acceso a este emplazamiento natural.
El paisaje calcáreo del valle es como una esponja, con multitud de simas y sumideros que permiten el paso del agua, creando multitud de esplendorosos manantiales. Entre la extraordinaria variedad de animales que habitan el desfiladero destaca aves como el quebrantahuesos y el águila real y el halcón. Es por esto que Escuaín es un lugar ideal para los observadores de aves y uno de los mejores sitios para ver estas singulares aves pirenaicas.
6.- La Faja de las Flores
En el Pirineo aragonés de España, cerca de Monte Perdido y del Parque Nacional de Ordesa, se encuentra una impresionante ruta llamada Faja de las Flores. Los senderistas y amantes de la naturaleza encontrarán en ella un atractivo especial, ya que ofrece un emocionante recorrido por un sendero restringido con amplias panorámicas del Valle de Ordesa.
Está situada a una altitud aproximada de 2 mil metros sobre el nivel del mar, la Faja de las Flores es un hito destacado del valle de Ordesa y brinda las mejores vistas del Parque Nacional de Ordesa. Desde el corto sendero que desciende por la ladera de la montaña se disfruta del valle y sus alrededores.
A lo largo de los años, senderistas y montañeros han descubierto y explorado la Faja de las Flores. El sendero ha sido un componente esencial del Parque Nacional de Ordesa y Monte Perdido desde su creación en 1918.
Foto: Las mejores vistas del Parque Nacional de Ordesa. por Manuel García Salas